La frontera entre la ciencia y la ciencia ficción es en ocasiones casi imperceptible. Y se lo debemos, cómo no, a nuestra cada vez más precisa comprensión del mundo en el que vivimos. Ese mundo macroscópico que podemos ver con nuestros ojos y en el que los procesos parecen discurrir en un único sentido en el tiempo: del presente hacia el futuro.
Estamos tan íntimamente acostumbrados a observar este fenómeno que nos resulta muy difícil aceptar la posibilidad de revertir un proceso en el tiempo. De recuperarlo tal y como era antes de haber sufrido algún cambio que podríamos considerar permanente. Pero no es imposible. La física cuántica acaba de demostrarnos que es factible tanto en el ámbito teórico como en el práctico.
La física cuántica y nuestra intuición están, una vez más, a punto de chocar
Nuestra intuición nos invita a concluir que la irreversibilidad de los procesos es una ley fundamental. Y el segundo principio de la termodinámica nos da la razón. Se puede formular de muchas maneras diferentes, pero todas ellas, si son correctas, nos invitan a concluir que los fenómenos físicos son irreversibles.
Si colocamos un recipiente con agua muy caliente en la encimera de nuestra cocina y no hacemos nada con él, el agua se enfriará. Y si se nos cae un vaso y estalla al golpearse con el suelo, no volverá a recomponerse por sí solo. Precisamente el intercambio de calor y la entropía son dos propiedades íntimamente ligadas al segundo principio de la termodinámica.
La entropía suele definirse como la magnitud que mide el grado de desorden de un sistema físico. Es una simplificación quizá excesiva, pero puede ayudarnos a entender de qué estamos hablando sin que nos veamos obligados a recurrir a conceptos complejos. En cualquier caso, este principio termodinámico es de naturaleza estadística, y, además, la física clásica es determinista.
Esto significa que es posible predecir la evolución de un sistema físico a lo largo del tiempo si conocemos su estado inicial y las ecuaciones diferenciales que describen su comportamiento. Sin embargo, en el dominio de la física cuántica, en el mundo de lo muy pequeño, de las partículas, la reversibilidad de los procesos físicos es posible. Lo es desde un punto de vista teórico desde hace mucho tiempo, y ahora lo es también en la práctica.
La física cuántica lo permite: un fotón ha retrocedido en el tiempo
Los físicos coquetean con la posibilidad de revertir procesos en el tiempo desde hace muchos años. De hecho, algunos teóricos trabajan en unas herramientas muy peculiares que la mecánica cuántica ha colocado en sus manos: los protocolos de reversión o rebobinado universal. No necesitamos conocer con detalle cómo funcionan estos mecanismos, pero nos viene de perlas saber que sirven para revertir los cambios que ha sufrido un sistema cuántico sin conocer cuál era su estado inicial. Y sin saber tampoco en qué consistieron esos cambios.
Los protocolos de reversión universal sirven para revertir los cambios que ha sufrido un sistema cuántico sin conocer cuál era su estado inicial
Casi parece magia, pero no lo es. Es ciencia. Y, precisamente, el físico teórico español Miguel Navascués lidera un equipo de investigación en el Instituto de Óptica Cuántica e Información Cuántica de la Academia de las Ciencias de Austria experto en esta disciplina. Miguel y sus colaboradores han diseñado un innovador protocolo teórico de reversión que propone, a grandes rasgos, qué procedimiento es posible utilizar para conseguir que un sistema cuántico recupere su estado inicial sin conocer qué cambios ha sufrido.
Llevar algo así a la práctica no es nada sencillo, lo que ha provocado que los físicos experimentales que trabajan en esta área no hayan tenido demasiado éxito. Afortunadamente, el panorama ha cambiado. Y es que el equipo de físicos experimentales de la Universidad de Viena dirigido por Philip Walther ha conseguido implementar con éxito el protocolo de reversión universal diseñado por Miguel Navascués y su equipo.
El corazón de su experimento es un sofisticado equipo óptico constituido por varios interferómetros y enlaces de fibra óptica que se comportan de forma conjunta como un interruptor cuántico. Conocer con detalle cómo funciona este ingenio queda fuera del propósito de este artículo porque, como podemos intuir, su complejidad es extraordinaria. Aun así, quien no se deje intimidar fácilmente y tenga curiosidad puede consultar el artículo que han publicado Navascués, Walther y sus equipos en la revista Optica. Merece mucho la pena.
El corazón de su experimento es un sofisticado equipo óptico constituido por varios interferómetros y enlaces de fibra óptica que se comportan de forma conjunta como un interruptor cuántico
Un apunte antes de seguir adelante: un interferómetro es un dispositivo óptico que emplea una fuente de luz (habitualmente un láser) para medir con muchísima precisión los cambios introducidos en un sistema físico. Descrito de esta forma parece algo muy complicado, y sí, es complicado, pero podemos recurrir a un ejemplo cercano en el tiempo para ilustrar de qué estamos hablando.
Los experimentos LIGO, en Estados Unidos, y Virgo, en Italia, utilizados para identificar y analizar ondas gravitacionales son interferómetros. Y, como acabamos de ver, ambos incorporan un sofisticado equipo óptico y un láser que les permite medir las perturbaciones gravitatorias generadas por los objetos masivos del cosmos que están sometidos a una cierta aceleración. Estas perturbaciones se propagan por el continuo espacio-tiempo a la velocidad de la luz bajo la forma de ondas, y los interferómetros las recogen.
De alguna forma el interruptor cuántico que han construido los equipos de Navascués y Walther es parecido a LIGO o Virgo, pero a una escala infinitamente menor debido a que su propósito es identificar y medir los cambios introducidos en un sistema cuántico. Lo que han conseguido es asombroso: han revertido con éxito la evolución en el tiempo de un fotón sin conocer previamente ni su estado inicial ni qué cambios había experimentado. En la práctica es lo mismo que viajar hacia atrás en el tiempo.

Parece razonable pensar que conseguir esto con una sola partícula, con un fotón, no es demasiado interesante, pero nada más lejos de la realidad. El resultado que han obtenido estos investigadores, que ya ha sido revisado por pares, es extraordinario porque abre de par en par las puertas que probablemente van a permitirnos entender mucho mejor las reglas que subyacen en el mundo en el que vivimos. Las reglas, en definitiva, de la mecánica cuántica.
Lo que permite a este experimento desmarcarse de otros anteriores que también pretendían demostrar la posibilidad de revertir el estado de un sistema cuántico es que el protocolo de reversión universal de Navascués y Walther ha conseguido hacerlo sin tener ningún tipo de información previa acerca del estado del sistema cuántico. Podemos verlo como si hubiesen conseguido recomponer a la perfección un jarrón de porcelana sin conocer el número de fragmentos que tenían inicialmente, su forma, y mucho menos que pertenecían a un jarrón y eran de porcelana.
En las conclusiones de su artículo estos investigadores insisten en algo muy importante: los resultados que han obtenido no son válidos únicamente en los sistemas cuánticos de naturaleza fotónica, que son los que trabajan con luz; son coherentes con otros sistemas cuánticos. Por esta razón, las aplicaciones de esta tecnología pueden ser muy numerosas, especialmente en el ámbito de la computación cuántica.
Y es que los protocolos de reversión universal pueden en teoría ser utilizados para resolver uno de los mayores desafíos que plantean actualmente los ordenadores cuánticos: la corrección de errores. De hecho, este es probablemente el muro más alto que los investigadores en computación cuántica tendrán que derribar para conseguir que los ordenadores cuánticos sean capaces de resolver los tipos de problemas complejos en los que en teoría son muy superiores a los superordenadores clásicos.
Imagen de portada: Giallo
Más información: Optica
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Sulfuro
No Patricio, lo que pensamos que es cómo funciona el reino cuántico no aplica a nuestra realidad y la Luna está ahí cuando nos volteamos.
Lo malo de la cuántica es que un montón de oportunistas están sacando provecho de lo que creemos saber, de lo que no sabemos y de lo que no sabemos que no sabemos, con tonterías de curaciones cuánticas mágicas con imanes y cuarzos.
dark_god
A ver esos titulares. Recuperar un estado no es volver atrás en el tiempo. El cono de luz no se ha invertido. El tiempo sigue adelante, pero se es capaz de volver al estado inicial. Es como si tiro un boomerang que vuelve exactamente al mismo sitio y posición que tenía inicialmente. La novedad, entiendo, es que ya no necesito saber dónde estaba antes de lanzarlo.
Usuario desactivado
Poner a cero un contador no es lo mismo que hacerlo contar hacia atrás.
sanamarcar
Yo luego de leer tres veces lo mismo no veo una maquina del tiempo. Veo que han conseguido revertir el estado anterior sin conocer el estado actual, con alguna propiedad cuantica desconocida. Luego veo clickbaits. Dicho esto yo soy mas de ciencia basica y su aplicación masiva para mejorar el mundo. En un año que ha subido el precio de la energia por dos y los alimentos un 50%, hay que pedir a las universidades que justifique su gasto... en esta vida las prioridades son lo mas importante.
gurken
"Sin conocer cuál era su estado inicial". Esta expresión desde nuestro mundo termodinámico paree una aporía, ya que si no conocíamos su estado inicial ¿Cómo podemos saber que hemos retrocedido hasta él?. Sin embargo, y sin dudar que esto haya sido así y tenga la explicación matemático física que viene en el artículo, estaríamos ante una nueva situación "extraña" del mundo físico similar a la que sucede en el caso del entrelazamiento cuántico de dos partículas en las que la lectura del estado de una de ellas, produce "de manera Inmediata, sin respetar la enorme distancia que pueda existir entre ellas, un cambio en el estado -o definición del estado-de la otra" .
Mi opinión, es que en lo cuántico, deberíamos de aplicar la realidad subyacente del concepto de "Universo Bloque", en el que TODO el espacio-tiempo está dado de una sola vez, desde su momento inicial hasta su momento final-si es que lo tiene-, y por lo tanto "no existe un tiempo que transcurra" como sentimos percibir de manera psicológica en nuestro mundo dimensional medio, o termodinámico. Esa percepción de "un tiempo que transcurre" es solo el resultado de nuestra "limitación cerebral" para captar la dimensión temporal de lo real, que el cerebro solo percibe a modo de instantes, o fotogramas que vamos almacenando en la memoria en un orden secuencial, y que actualizamos cada pocos milisegundos.
Ello nos da la "ilusión del movimiento" cuando la "realidad existente" son líneas espacio-temporales de "existencia", lo que entendemos como "trayectorias en nuestro mundo medio". En un mundo de dos dimensiones espaciales y una temporal, percibiríamos un cono del Universo Bloque -ya existente en su totalidad espacio-temporal (con tres dimensiones espaciales y una temporal las del espacio-tiempo de la física) como un círculo, cuyo diámetro se va reduciendo hasta convertirse en un punto y luego desaparecer, por la limitación de captar la dimensión temporal tan solo en instantes "de corta magnitud -duración-". En ese mundo, percibiríamos como un "movimiento" lo que en la realidad subyacente del Universo Bloque" sería "una trayectoria existencial completa" que somos incapaces de "percibir".
Este tipo de situaciones que nos muestra la mecánica cuántica, las veo como "manifestaciones" de la "realidad subyacente del Universo Bloque". Este concepto de Universo Bloque, no es gratuito y nace como una consecuencia "lógica" de la Teoría de la Relatividad Especial" que hasta hoy damos por buena, pero que en la práctica nos cuesta admitir sus consecuencias.
De seguir así los avances en la mecánica cuántica llegaremos, presiento, a tener que admitir, más prono o más tarde como "Realidad existencial subyacente" el concepto de Universo Bloque, que bien podría resolver fenómenos cuánticos como el entrelazamiento, o estas inversiones temporales.
imf017
No estoy muy versado en la materia, pero creo que aunque en la física cuántica se pueda retroceder en el tiempo, no estoy seguro de que se pueda aplicar en la física clásica, en el ámbito cotidiano.
Moon under water
Si de la colisión/solapamiento de fotones salieran partículas, el segundo principio de la termodinámica se va al garete. Y con ello vendría la posibilidad del universo pulsante.
varsirt
inventar algo para revertir lo que inicialmente nosotros los humanos inventamos, genial.
JuanAR
El título del paper es "Demonstration of universal time-reversal for qubit processes", ha sido confirmado por pares, pero en los comentarios de Xataka que somos expertos en física cuántica decimos que no, que eso no es volver atrás en el tiempo.
Yo admito que no entenderé el paper si lo leo, pero a alguno le cuesta admitir que no sabe de todo.
RamonYo 😬
Demonstration of universal time-reversal for qubit processes
Si leo ese paper, no lo entenderé.